Después del desayuno | Sandrine Sagnier

Era una mañana nublada, acababan de terminar el desayuno, que por cierto, ¡qué poco le gustaba la comida de allí!, Winter salió a los jardines para poder sentir el aire frío cortando en su piel, los medicamentos que le daban la dejaban tonta muchas veces y esa sensación no era como la drogas que también la dejaban tonta, era horrible y realmente la cabreaba. Dio varios pasos pisando fuerte hasta llegar a un banco.

Se encontraba mirando el cielo con la cabeza apoyada en el respaldo del banco, que estuviera nublado era algo común en Chicago, se le encogió el pecho al recordar su ciudad, nunca había pensado que la echaría tanto de menos, en general nunca había pensado que echaría de menos los Estados Unidos. Irlanda estaría muy bien si no se encontrara allí encerrada en contra de su voluntad. A pesar de haberle costado se había dicho a sí misma que tendría que poner de su parte si quería salir rápido... pero le costaba.$Empezó a sentir frío así que lentamente se levantó y caminó hacia el edificio para dirigirse al ala de los cuartos de las chicas. En su camino visualizó un tropel de enfermeras y vigilantes con los cuales no le apetecía nada cruzarse, en verdad no le apetecía cruzarse con nadie, así que giró por la esquina más cercana que tenía. Observó el pasillo y se dio cuenta de que llevaba a los baños. Se encogió de hombros y siguió hacia delante.

Una vez en los baños se apoyó en los fríos azulejos blancos, caminó hasta uno de los cubículos, bajó la tapa del váter y se sentó encima apoyando la espalda detrás y subiendo las piernas hasta agarrar las rodillas con sus manos. Echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y disfrutó del silencio del baño.