Chelsea Chambers

• Chelsea Chambers:
  
• Apodo:No tiene (por ahora)
  
• Edad:25
  
• Gravesend (Kent, Inglaterra), 25 de junio del 87 :
  
• Orientación Sexual: Bisexual
  
• Enfermedad: Drogadicción
  

Es errática, nada consecuente, difícil de leer. En un momento puede parecer la persona más feliz del mundo y al siguiente su humor cambia drásticamente. No está médicamente diagnosticada con alguna enfermedad mental que le provoque esos cambios, sino que se han dado en ella a lo largo del tiempo. Tiene un sentido del humor ácido, siempre sarcástico, parece que nunca tiene nada bueno que decir y cuando lo hace, da la impresión de que en realidad está ironizando. No suele apegarse mucho a las personas porque le da miedo hacerlo; sabe que una vez que se encariña, termina convirtiéndose en alguien necesitado, le cuesta separarse de las personas a las que está acostumbrada y puede parecer demasiado posesiva, celosa y ansiosa en sus relaciones de cualquier tipo, se engancha demasiado por el temor a la pérdida (su hermana es la que más sufre las consecuencias de eso). Explota con facilidad, es escandalosa y en ese sentido, no tiene mucha vergüenza. Es testaruda, necia, no acepta consejos de nadie. Sus adicciones la han hecho una persona demasiado inestable en todos los aspectos de su vida y siempre está dispuesta a cualquier cosa por conseguir un poco más de droga en sus peores épocas. Ha intentado la rehabilitación dos veces, en otros lugares, pero ha vuelto a caer sin medida e incluso peor.

Baja y sube de peso constantemente, mide 1.75, tiene la piel muy blanca, constants ojeras bajo los ojos. No posee ningún tipo de tatuajes pero sí tiene los brazos bastante maltratados con marcas de constante piqueteo de agujas –muchas veces mal empleadas-

El ambiente familiar al que Chelsea llegó al nacer no fue el más óptimo. Nació en Gravesend en medio de un matrimonio tortuoso que empezó demasiado temprano y su única compañía positiva fue la de su hermana mayor, Marleen. La falta de atención por parte de sus padres derivo en una personalidad explosiva; era experta en gritos y en berrinches, que aumentaban sus revoluciones si su hermana mayor iba a ser castigada. Según ella, no sintió ningún cambio en su vida cuando sus papás decidieron no seguir con la familia y la dejaron a ella y a su hermana con su abuela, pero lo cierto es que desde entonces un creciente enojo se alojó en su interior, junto con la necesidad de aferrarse con todo lo que tiene a su hermana, a la única persona que le quedaba en ese entonces.

En la escuela fue buena alumna, de esas que no tenían que esforzarse para sacar buenas notas, ni estudiar demasiado. Hacía las tareas a última hora en el salón y libraba todo bien, aunque nadie nunca estuvo ahí para ver ningún tipo de mérito académico. Su primer acercamiento con las drogas fue a los 13 años, con la marihuana, que ahora considera 100% inofensiva. A partir de entonces la caída fue vertiginosa. Durante bastante tiempo se mantuvo con esas compañías de amigos que la acercaron a la marihuana, sin cambiar de círculo ni interesarse por nada, sintiéndose ya lo suficientemente “adulta” con ese proceder. Su desempeño escolar bajó, pero nada escandaloso, ni que encendiera los focos rojos de nadie.

A los quince probó la cocaína por primera vez en su cumpleaños y se hizo adicta a ella durante un largo periodo. Después siguió la heroína y el cristal. Le fue imposible detenerse: reprobó cursos, robó dinero a su hermana y a su abuela, también en algunos establecimientos, mantuvo relaciones sexuales a cambio de droga y dinero para conseguirla, y a los diecisiete se enfrentó a su primera rehabilitación. Saliendo de ella terminó el colegio aunque tuvo que recursar dos años. Decidió que al terminar quería estudiar sociología y parecía muy decidida a eso, pero un encuentro desafortunado con un viejo amigo la hicieron volver a empezar con sus adicciones; bastó una línea de meta para regresar a las viejas costumbres.

Nunca empezó la carrera, tuvo algunos empleos esporádicos nada importantes que terminó dejando dedicándose solamente a estar rodeada de personas que compartían sus vicios, terminó comerciando al menudeo con cristal y recibiendo droga en especie como pago por las ventas. Su casa seguía siendo donde estuviera Marleen, o su abuela, aunque pocas veces la veían y cuando lo hacían, casi siempre era en el peor de los estados. Tocó fondo cuando casi fue encarcelada por sus múltiples problemas con las drogas, pero su hermana logró pagar un buen abogado y terminaron sacándola del lío.

Volvió a entrar a rehabilitación y salió de ahí a mediados del año pasado, pero pasó por una terrible depresión, aunque pareciera lo contrario: salía a menudo, vivía de prestado (de su hermana y amigos) y no parecía dispuesta a encontrar pronto qué hacer con su vida. Y apenas empezar el año volvió a las drogas, así que ante el cuento de nunca acabar, su hermana decidió buscar un lugar mucho más estricto y radical en apariencia. Apenas lleva una semana y no se ha acostumbrado a nada.

-Su Hermana Marleen, que tiene una banda exitosa y la que quiere muchísimo.

Una cajetilla de cigarros a la mitad.

-Es alérgica a los cacahuates, no puede respirar bien cuando los come, pero le encantan
-Su droga predilecta es el cristal, pero acepta cualquier cosa
-Le gustan los deportes y adora ver el fútbol en la tele, aunque sean partidos repetidos
-Colecciona elefantes